La serie de televisión basada en las novelas de Donna León
nos permite contemplar una Venecia menos literaria que la de Mann y más actual,
moderna y cotidiana. Es la Venecia de la que disfrutan los venecianos, con
balcones sobre los canales, viejos palacios, plazas recoletas y calles
estrechas donde juegan los niños y donde, ¡oh milagro!, no hay turistas.
El Comisario Brunetti recorre esas calles y palazzos para
resolver algún extraño asesinato, y nosotros le vemos detenerse a tomar un café
en una hermosa terraza llena de sol, o circular en lancha rápida por los canales,
junto a los autobuses y las góndolas.
A cambio de seguir los interesantes descubrimientos del
Comisario, descubrimos una Venecia que no será nunca nuestra.
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