jueves, 2 de enero de 2014

CASABLANCA


 

El rostro de Ingrid Bergman en Casablanca adquiere una belleza sobrenatural, que se debe al blanco y negro, a la música del piano, a la noche en el aeropuerto, al siglo XX desgarrador y al sacrificio de Rick, irónicamente disimulado por Humphrey Bogart.

 

2 comentarios:

  1. Con una frase alambicada a lo Juan Benet, la autora del blog recorre uno a uno los ingredientes de esta gran película. Quizá falte la alusión a París.
    Con el descubrimiento de este blog, "presiento que este es el comienzo de una gran amistad".

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  2. Tiene razón.París es el gran referente.Pero el rostro de Bergman es un milagro del cine.No deje de entrar y decir lo que le parezca.Estoy comenzando.Quiero poner una entrada al día.

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