martes, 18 de marzo de 2014

MADRID




De entre los muchos hijos adoptivos que ha tenido Madrid, Carlos Arniches ( Alicante 1866- Madrid 1948) es un caso singular. En sus sainetes reprodujo el habla popular madrileña con tal precisión que su obra conserva ese lenguaje ya casi totalmente desaparecido.

El ingenio del madrileño –y de la madrileña-, la rapidez de sus réplicas , su humor cazurro, se refleja de una manera genial.

Paco el Metralla :¡ Nieves!

Nieves : me llamo...

Paco; Haz el orsequio de venir

Nieves : No me dejan en casa

Paco: ¡Nieves, que estoy ciego...!

Nieves : Cómprate un perro.

Pero el humor no está reñido con la moralización. Y Carlos Arniches procura cumplir el fin de modernizar la sensibilidad algo tosca del pueblo madrileño. Y lo hace muy bien.

 

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