De entre los muchos hijos adoptivos que ha tenido Madrid,
Carlos Arniches ( Alicante 1866- Madrid 1948) es un caso singular. En sus sainetes
reprodujo el habla popular madrileña con tal precisión que su obra conserva ese
lenguaje ya casi totalmente desaparecido.
El ingenio del madrileño –y de la madrileña-, la rapidez de
sus réplicas , su humor cazurro, se refleja de una manera genial.
Paco el Metralla :¡ Nieves!
Nieves : me llamo...
Paco; Haz el orsequio de venir
Nieves : No me dejan en casa
Paco: ¡Nieves, que estoy ciego...!
Nieves : Cómprate un perro.
Pero el humor no está reñido con la moralización. Y Carlos
Arniches procura cumplir el fin de modernizar la sensibilidad algo tosca del
pueblo madrileño. Y lo hace muy bien.
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