sábado, 1 de febrero de 2014

MÚSICA


En “la Traviata” de Verdi siempre me llama la atención un hecho curioso. Junto al protagonismo absoluto de Violeta y Alfredo, aparece otro personaje de papel  en apariencia deslucido,  Germont, el padre del protagonista, cuya parte va cobrando una fuerza cada vez mayor gracias a una música maravillosa para su voz de barítono o bajo. Poco a poco se hace con el escenario, y su papel iguala en interés al de los amantes.

Es el poder de la música, que supera al libreto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario