Recuerdo el tiempo –años 80-en
que yo podía leer con mis alumnos de
Bachillerato cosas como la “Fábula de Polifemo y Galatea” de Góngora. Era un reto intelectual y estético que la mayor
parte de mis alumnos de un barrio obrero de Madrid afrontaban con entusiasmo, gozando
con la belleza del texto, pero sobre todo con el reto de vencer la
dificultad del lenguaje conceptual y figurado, que les proponía cosas como
esta:
Fruta en mimbres halló, leche exprimida/ en juncos, miel en corcho, mas
sin dueño / si bien al dueño debe, agradecida/ su deidad culta, venerado el
sueño…
Ahora no lo creo posible…
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