sábado, 15 de febrero de 2014

IMPACIENCIA




 

Larra fue el primer periodista español. Su pluma nunca es benévola, siempre es crítica, irónica, y pone el dedo en la llaga.

Su  dramático suicidio a las 28 años, cortó el hilo de la vida al mejor prosista español del XIX .Larra no se mató por el rechazo de la bella Dolores Armijo, sino por la evidencia de que la España que él soñaba tardaría tanto en llegar, si llegaba, que él no la vería. Se mató por impaciencia.

Su temperamento apasionado, su inteligencia, su pasión política y social, estaban fuera de lugar en una sociedad tan acomodaticia y aburguesada como la que le tocó vivir.

Su obra inspiró a la Generación del 98, y, a través de ellos, dio frutos de modernidad. Leer hoy a Larra es leer a un contemporáneo nuestro.

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