La novela transcurre en un breve
tiempo de acción: menos de un día, en el que un viejo amigo regresa al castillo
del protagonista. Han pasado más de 40 años desde la última vez que se vieron. Uno
–el general-ha permanecido en su castillo húngaro. El otro huyó de un día para
otro y ha vivido errante.
Esa noche cenan juntos-como la última
vez, en que tenían la compañía de Cristina, la esposa del general-y hablan,
intentando resolver las tremendas preguntas que les separaron. ¿Intentaste matarme
en la cacería? ¿Cristina lo sabía? ¿Fuisteis amantes? Las preguntas no se
responden abiertamente, y el diario cerrado de Cristina que quizá podría
resolverlas, es arrojado al fuego.
Dentro de este tiempo narrativo se
contienen la vida entera de los dos amigos, compañeros desde los 10 años en la
Academia militar de Viena. Una amistad recia, firme, que supera los abismos
económicos y sociales. Una amistad que perdura a pesar del tiempo y los abismos
que abre la aparente traición. Porque
una cosa son los hechos, y otra la verdad.
La novela se derrama como un
riachuelo en multitud de temas: la amistad, la traición, el paso del tiempo, la
espera, el silencio, la venganza, la caza, la música, el amor…
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