Las grandes obras literarias-esas que llamamos clásicas- son
una cristalización genial de una época determinada. Al leer y admirar estas
obras de arte, descubrimos no sólo el genio individual de su autor, sino todo
un conjunto de ideas, modos de ser y de vivir, fragmentos de historia recatados
del olvido. En resumen, una realidad sincrónica que es fruto de una diacronía.
La literatura es siempre una revelación.
Conocer estas grandes obras de arte de nuestro pasado es una
forma de conocernos a nosotros mismos. Somos fruto de una herencia genética y
de una tradición cultural e histórica, que se realizan en cada uno de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario