Una
rata de agua, un topo, un tejón, un sapo…animales vulgares que viven cerca de
un río .Humanizados en su vestir, en su hablar y sentir, Grahame reflejó en ellos los valores de la época
victoriana: el hogar confortable, la familia acogedora, la cortesía, el amor a
la tierra, que se combinan constantemente con la otra cara de la moneda : la
llamada de la aventura, la atracción del “cálido sur”.Reflejan así estos
animalitos esa constante del espíritu inglés :el apegamiento a la tierra y
la fascinación por la aventura.
“Pero lo que ha hecho de “El viento en los sauces " de Kenneth Grahame un clásico ,es
su belleza literaria sencilla pero constante. En sus páginas se respira la poesía
de la naturaleza, la evolución de las estaciones, el nacer y morir de las
plantas, la vida de los pequeños animales a la orilla del río.
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