La conjunción del texto de Mann,
la estética de Visconti y la música de Mahler hacen de “Muerte en Venecia” una
obra de profunda, desasosegante y reveladora belleza. La gran Dama del
Adriático se muestra en su espléndida decadencia, ahora ya irrelevante ante las
multitudes que la invaden. Si el cine pudiera oler, olería a mar y a podredumbre
. A “Muerte en Venecia” debemos no haber
perdido del todo la ciudad de los canales.
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