lunes, 13 de enero de 2014

VENECIA


 

La conjunción del texto de Mann, la estética de Visconti y la música de Mahler hacen de “Muerte en Venecia” una obra de profunda, desasosegante y reveladora belleza. La gran Dama del Adriático se muestra en su espléndida decadencia, ahora ya irrelevante ante las multitudes que la invaden. Si el cine pudiera oler, olería a mar y a podredumbre . A  “Muerte en Venecia” debemos no haber perdido del todo la ciudad de los canales.

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