viernes, 24 de enero de 2014

LARRA


 

Ese vago clamor que rasga el viento/Es la voz funeral de una campana,Vano remedo del postrer lamento/De un cadáver, sombrío y macilento/Que en sucio polvo dormirá mañana…
El joven José Zorrilla, con voz tonante y hueca, declama estos versos tenebrosos  ante el cadáver de Mariano José de Larra en el cementerio de Fuencarral.

Son tan malos que hubieran hecho levantarse a Fígaro para protestar si no fuera tan reciente su nueva posición.

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