Mi Maestro, Don Rafael Lapesa, en su libro “Poética de
Garcilaso” cierra su comentario de la Égloga I con estas palabras:”Al terminar la Égloga ,creemos volver como
los pastores de un sueño en el que la belleza y el dolor se hubieran eternizado”
.Así termina el bellísimo poema:
La sombra se veía/ venir corriendo aprisa/Ya por la falda espesa /del
altísimo monte, y recordando /ambos como de sueño ,y acabando /el fugitivo sol,
de luz escaso/Su ganado llevando/ Se fueron recogiendo paso a paso.
Yo hubiera querido saber como él explicar a mis alumnos el profundo gozo de la
palabra bella.
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